LA BUHARDILLA Y LA NIEBLA

Ayer, 22 de Marzo de 2014, hubo varios cruces de caminos, en La buhardilla, en la Niebla.


En primer lugar, mi novela Gente Muerta fue presentada en San Fernando, Cádiz, la ciudad en la que comencé realmente a leer, escribir, ir a la biblioteca, comprar libros, prestar libros, hacer amigos y hablar con ellos de Literatura y de otros tercios. O quintos. O litros.

Esto sucedió en un lugar llamado La Buhardilla, una cafetería biblioteca. ¿Sabéis lo que es eso? Imaginad lo que es eso. Se trata de un lugar donde puedes tomarte un café, una cerveza o un cubata, pillar un libro de la estantería y ponerte a leer. Es decir, estos lugares deberían estar subvencionados, jajaja, como las zonas verdes de las ciudades.
En La Buhardilla se organizan presentaciones de libros habitualmente, pero no solo eso, sino también exposiciones de fotografía y pintura, jornadas de cuentacuentos para niños, fiestas de disfraces, etc.

Es uno de esos lugares que deben existir.

La dueña, Gema Tacón, es una de esas personas que también debe existir. ¿Sabéis lo que hizo por mí? ¿Aparte de organizar la presentación, publicitarla, llenar el local de gente, preparar el escenario con copas de aspecto antiguo, telarañas, darnos micrófonos para que se nos oyese bien, abrir más tarde de lo que habría debido hacer por la tarde, intentando que el lugar estuviese lo más preparado posible para el evento, rechazar la entrada de clientes que habitualmente van allí con sus hijos, para que estos se entretengan en la sección infantil mientras ellos tienen un rato de ocio? Aparte de todo esto, llevó un cañón de humo.

Llenó su local de Niebla para mí.

Gema es mi prima. Bueno, es complicado de explicar, pero resumiré en que es mi prima, yo conocía su existencia, no he sabido hasta hace poco que ella regenta este sitio de puta madre, La Buhardilla, ama la Literatura como yo la amo y hace todas estas cosas por ese amor al arte.

Porque lo que ella saca de todo esto es estar el mayor tiempo posible rodeada de arte y buena compañía.

Este fue otro cruce caminos, el mío y el de Gema, que espero discurran cercanos de ahora en adelante.


Tuve la suerte de contar para la presentación con un tipo carismático, pletórico, de estas personas que sabes que cuando organiza algo se va a liar a hostias con todos los problemas y lo hará con una sonrisa.

Enrique Montiel de Arnáiz y yo, como él acostumbra a decir, nos conocemos desde hace mucho tiempo, no sabemos exactamente desde cuándo ni cómo, pero es algo que está ahí, siempre rondando en nuestras cabezas. Es un pique. Él dice que íbamos juntos a karate. Yo digo que no. Él dice que sí, que me pegaba. Yo digo que un carajo.

Bueno, en algún lugar de la infancia tardía o la juventud temprana nos habremos conocido, porque cuando coincidimos en la elaboración de una antología de relatos, ya sabíamos el uno del otro. Así que hace pico mil años nuestros caminos volvieron a cruzarse, y luego otra vez, recientemente, cuando fui a la presentación del libro 13 puñaladas, donde tuve la suerte de que mi camino se cruzara con más gente cojonuda, como Daniel Lanza Barba, Carmen Moreno, Javier Fornell, y muchos otros que me estoy dejando sin nombrar, pido disculpas de ante mano.


En esta ocasión, en la presentación de Gente Muerta, he podido conocer a otros escritores de mi entorno, Israel, Tony, Javi, Carmen... que recuerde ahora. Me encanta. No estamos en el mismo momento en cuanto a carrera literaria; me he dado cuenta de que sus lomos no tienen demasiadas cicatrices, aunque ya muestran algunas, y por tanto sus miradas tienen un fuego, y su iniciativa una verdad, que es difícil de encontrar en aquellos que ya llevamos algunos años lidiando con la gran puta a la que todos los artistas rendimos culto: Fortuna. Seguiremos hablando. Intentaré poner carteles de campos de mina, pero algunas más vais a tener que pisar vosotros, eso es seguro.



Y, por último, se han vuelto a cruzar los caminos de un entorno más cercano y antiguo, más visceral y en el que yo no soy Juan el escritor, sino que soy Juan, el pequeño contestatario, porculero, intranquilo, irresponsable, peleón, bebedor y proclive al abrazo fácil, la lágrima fácil, la mordida terrible y las noches de tormenta. Por supuesto, estoy hablando de mis amigos, y cuando hablo de mis amigos digo que me reencontré en la noche iluminada con mi mujer Isabel, con la que tanto tiempo hacía que no salía de caza y de copas, con mi hermano, el único hombre que solo tiene dos posiciones nocturnas: recto o doblado, con Luis, Domingo, Pepe, Silvia, Alicia, Mari Carmen y, bueno, todos los que no pudieron estar pero sé que de buena gana habrían estado conmigo.

Siempre estáis conmigo.

Sois parte de lo que soy ahora.

Y de esto no hay fotos, jajajajaja.

Gracias a todos los que me habéis ayudado, los que habéis estado y los que han lamentado no poder estar.

Anoche fui feliz.

Además, volvió a estar la joya de la corona, la única Andrea que importa.

¿Tengo que contar algo más?

Hablamos de mi libro, de fantasmas, de venganza, de justicia y de dioses inventados, ya que así son, en mayor o menor medida, todos los dioses.


5 comentarios:

  1. Creo que hablo en nombre de algunos más cuando te digo que algunos repetimos por el placer de hablar sobre literatura. Si es posible, con una cerveza en la mano. jejeje ¡Gracias y saludos!

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